Medicina regenerativa y células madre. Mecanismos de acción de las
células madre adultas
DrC. Porfirio Hernández Ramírez
Instituto de Hematología e Inmunología. Ciudad de La Habana, Cuba.
INTRODUCCIÓN
La regeneración biológica ha sido definida como la capacidad que
poseen ciertos organismos vivos para restaurar un tejido perdido o lesionado o
de hacer crecer nuevamente una parte de su cuerpo perdida por causa accidental
o fisiológica.
En el reino animal se conoce que las planarias pueden reconstruir
totalmente su cuerpo a partir de cada una de sus partes que fueron seccionadas.
Otros animales que poseen una notable capacidad regenerativa incluyen a las
hidras, las estrellas de mar, los crustáceos y también a las salamandras y
tritones. Es un conocimiento común la posibilidad que tienen los lagartos de
regeneración de la cola.1
En el ser humano el término "regeneración" se ha usado
clásicamente para describir el proceso mediante el cual un tejido especializado
que se ha perdido es remplazado por la proliferación de células especializadas
que no están dañadas. Este mecanismo se encuentra limitado a solo pocos
tejidos, como es el caso del hígado. Esta acción se complementa con la
reposición fisiológica que se expresa normalmente, por ejemplo en las células
epidérmicas, en las de la mucosa intestinal y del tracto respiratorio y en las
células sanguíneas.1,2 En
este último proceso se produce normalmente la renovación paulatina de las
poblaciones celulares que van envejeciendo y que deben ser sustituidas por
células jóvenes que mantengan la función de las perdidas.
En las lesiones agudas, como puede ocurrir con los distintos tipos
de infarto, o en las lesiones y procesos degenerativos crónicos, los daños que
se producen no pueden ser resueltos por los mecanismos normales con que cuenta
el cuerpo humano. En tales situaciones es donde se ha planteado la utilidad de
la medicina regenerativa.
MEDICINA REGENERATIVA: DEFINICIONES
La medicina regenerativa es una rama de la medicina que se ha
desarrollado considerablemente en los últimos años. Los avances en este campo
se han vinculado estrechamente con los nuevos conocimientos adquiridos sobre
las células madre y su capacidad de convertirse en células de diferentes tejidos.3-6 Esto produjo inicialmente cierta
confusión que llevó a considerar la medicina regenerativa como una nueva
disciplina, cuando en realidad lo nuevo eran los crecientes conocimientos
adquiridos en los últimos años sobre la biología y potencialidades de las
células madre, ya sean las embrionarias o las adultas.5-7 Los nuevos conocimientos contribuyeron
significativamente a calificar a las células madre humanas como el pilar
central de la medicina regenerativa y que significaría una sustancial
renovación de este tipo de medicina, que algunos han valorado como nueva
medicina regenerativa, pero que por sus antecedentes históricos, no se debe
considerar como una nueva disciplina.8
Otro aspecto de interés, es que a medida que han ido aumentando
los conocimientos en este campo han ido apareciendo diferentes definiciones de
la medicina regenerativa, y aunque todas tienen en mayor o menor grado
elementos comunes, recientemente se ha señalado la necesidad de una definición
que sea corta, práctica y refleje integralmente las funciones de esta medicina.2,9-15
Entre otras definiciones que se han hecho de la medicina
regenerativa están las siguientes:
- Se utiliza con frecuencia como sinónimo de ingeniería de
tejidos, aunque la medicina regenerativa pone más énfasis en el uso de células
madre para producir tejidos.13
- Es la rama de la bioingeniería que se sirve de la combinación de
células, métodos de ingeniería de materiales y bioquímica para mejorar o
remplazar funciones biológicas. En la práctica, el término está íntimamente
relacionado con las aplicaciones para reparar o remplazar parcial o totalmente
tejidos.15
- Es esencialmente una emergencia de la aplicación de células
madre y de la biología del desarrollo. Es un campo con un rápido avance que
abre nuevas y excitantes oportunidades con la aplicación de metodologías y
tecnologías completamente revolucionarias.10
- Se refiere a la investigación de tratamientos que restauren
partes del organismo adulto. Hay 3 estrategias para la aplicación de futuros
tratamientos: la administración de células madre o de células progenitoras, la
inducción de sustancias, y el trasplante de órganos y tejidos obtenidos in vitro.14
- Esta disciplina médica se ha basado fundamentalmente en los
nuevos conocimientos sobre las células madre y en su capacidad de convertirse
en células de diferentes tejidos. Ella se apoya en los mismos factores que el
organismo emplea para su autorreparación.3
- Puede resumirse como los tratamientos que buscan la restauración
de estructuras y funciones dañadas y por esta definición incluye al trasplante
de órganos sólidos.8
Ante esta variedad de criterios, algunos expertos en la materia han propuesto una definición con un carácter más integral y que pueda ser más esclarecedora:
- Es un campo interdisciplinario emergente de investigación y
aplicaciones clínicas centrado en la reparación, remplazo o regeneración de
células, tejidos u órganos para restaurar una función dañada por cualquier
causa, incluyendo defectos congénitos, trauma y envejecimiento. Ella utiliza una
combinación de varios procedimientos tecnológicos que van más allá del
trasplante tradicional y las terapias sustitutivas. Estos procederes pueden
incluir, aunque no están limitados a ellos, el uso de moléculas, terapia
génica, trasplante de células madre, ingeniería de tejidos y terapia celular
avanzada como la reprogramación celular.2,11,12
Sin embargo, esta definición se ha considerado un poco extensa, por lo que se ha propuesto una más simple:
- La medicina regenerativa sustituye o regenera células humanas,
tejidos u órganos con la finalidad de restaurar o establecer una función
normal. 2
Como se puede apreciar, este concepto limita un tanto el alcance de esta medicina al referirse solo a células humanas, a pesar de que se ha utilizado favorablemente en modelos de enfermedades en animales y sus principios se están también empleando en la medicina veterinaria, con la que ya se han comunicado algunos buenos resultados.16
Según lo expuesto, se puede mantener en sentido general el
criterio de que la medicina regenerativa se sustenta en conductas usadas por el
organismo para remplazar por células sanas a las dañadas por diversos procesos
en determinados tejidos. Las medicinas terapéuticas empleadas se han ido
fortaleciendo progresivamente en los últimos años con el apoyo de los recursos
que han ido aportando de forma creciente los avances en el campo de la biología
molecular de la ingeniería genética y de la biotecnología, entre otras modernas
disciplinas biomédicas.
Esto hace de la medicina regenerativa una rama médica
multidisciplinaria relacionada con diferentes áreas de la biomedicina con las
que mantiene estrechos vínculos.
Células madre
Las investigaciones básicas y clínicas realizadas en los últimos
años sobre las células madre y sus posibilidades terapéuticas han constituido
lo que se ha calificado como "una revolución en la medicina
regenerativa".17
Según su estado evolutivo, las células madre pueden clasificarse
en embrionarias y adultas.6 Entre
las principales células madre con potencialidad terapéutica se han señalado las
embrionarias, las fetales, las amnióticas, las de la sangre del cordón
umbilical, las adultas y más recientemente, las células con características
embrionarias que se han obtenido mediante la reprogramación de células adultas
y que se han llamado células madre pluripotentes inducidas.18,19
Se ha referido que la existencia de la célula madre hematopoyética
fue propuesta en el año 1908 por el histólogo ruso A. Maksimow en un congreso de Hematología
celebrado en Berlín, 20 y desde hace más de 50 años se han
estado utilizando clínicamente las células madre hematopoyéticas provenientes
de la médula ósea, y más recientemente las movilizadas a la sangre periférica o
las obtenidas de la sangre del cordón umbilical, para el tratamiento de
leucemias, linfomas y otros tipos de enfermedades, mediante el trasplante
convencional de células madre/progenitoras hematopoyéticas.21
El tratamiento con células madre ha dado lugar a un nuevo tipo de
tratamiento que se puede catalogar como terapia celular regenerativa y que en
la actualidad es uno de los temas más excitantes de la medicina contemporánea,
como lo fueron en su época sus antecesores representados por la transfusión
sanguínea y el trasplante de médula ósea, que son en la actualidad procederes
habituales y de reconocido valor.
En los últimos años se han obtenido evidencias de que la
potencialidad de algunos tipos de células madre adultas es mayor de lo que se
pensaba, pues ellas han mostrado en determinadas ocasiones, capacidad para
diferenciarse en células de diferentes linajes.3 El mejor ejemplo de esta versatilidad
celular está representado por las células madre hematopoyéticas.
Se conoce que la médula ósea contiene células madre hematopoyéticas
y también de otros tipos. 6 Entre estos se encuentran las células
progenitoras endoteliales, procedentes del hemangioblasto embrionario, y las
células madre mesenquimales. Estas últimas han adquirido gran relevancia en los
últimos años por sus potencialidades terapéuticas. En el orden práctico, las
células mononucleares derivadas de la médula ósea pueden verse como portadoras
de un "coctel" de diferentes células madre adultas.
Las células madre derivadas de la médula ósea, con reconocida
plasticidad y capacidad proliferativa, pueden circular en la sangre periférica
y migrar a diferentes tejidos distantes, en los que pueden asentarse y
contribuir a la regeneración de sitios dañados.
Además, en las células madre de la médula ósea se ha identificado un
receptor específico para quimiocina el CXCR4 (CXC-chemoquine receptor 4), que
mediante un sistema de "llave/cerradura" se une con la quimiocina
SDF-1, factor 1 derivado del estroma (stromal derived factor 1). La
identificación de este sistema ha contribuido a conocer mejor los mecanismos
relacionados con la movilización, migración, quimio-atracción y fijación de
estas células a los tejidos. También se ha podido interpretar la forma en que
actúan diferentes factores movilizadores de estas células, como son el factor
estimulador de colonias de granulocitos, el factor estimulador de colonias de
granulocitos y macrófagos, que actúan provocando la ruptura del complejo
CXCR4/SDF-1 y liberación de las células madre de su "anclaje"
tisular, y por otro lado, de los nuevos agentes movilizadotes, cuya acción
consiste en inhibir o "bloquear" al receptor CXCR4, lo que impide la
unión ligando/receptor. Estos productos removilizadores se usan en el campo de
la medicina regenerativa para facilitar la movilización de las células madre a
la sangre periférica para su recolección y posterior implantación. También se
han utilizado en algunas investigaciones para promover la movilización y aporte
endógeno de células madre, con la finalidad de que un mayor número de células
circulantes pueda dirigirse hacia algunos tejidos dañados.
Todos estos hechos han contribuido a extender la aplicación
clínica de la terapia celular regenerativa con células madre adultas.3,16,17,22
Con la aplicación clínica de las células madre hematopoyéticas se
han conseguido importantes avances, y en fecha reciente con el uso de las
células madre derivadas del tejido adiposo.3,16,22
Por otra parte, aunque se han hecho algunos progresos en el
estudio de las células madre embrionarias y en la preparación de las células
madre pluripotentes inducidas, que últimamente se han podido preparar sin la
necesidad de usar vectores virales,23 se considera que deben de pasar
todavía varios años antes de que estas se puedan introducir en la práctica
clínica.
Factores solubles
El desarrollo alcanzado por la ingeniería genética y la
biotecnología ha permitido obtener diferentes moléculas eficaces en la
regeneración de algunos tejidos.2 Ya
se han hecho algunos estudios iniciales, tanto experimentales como clínicos, en
los cuales se ha empleado el factor de crecimiento del endotelio vascular
recombinante para el tratamiento de lesiones isquémicas, pero no ha existido
concordancia de los prometedores resultados obtenidos en los modelos animales
con los negativos observados en los seres humanos, y aunque el factor de
crecimiento del fibroblasto mostró mejores resultados, aunque no
significativos, la terapéutica angiogénica con proteínas se consideró poco
eficiente.24 Todo esto
ha hecho que esta forma de tratamiento haya pasado a un nivel secundario en
relación con otros tratamientos más prometedores. Se ha comentado que gran
parte de las enfermedades que podrían beneficiarse con la aplicación de la
medicina regenerativa, se deben a trastornos en que interactúan diferentes
factores celulares y no a la falta de una sola proteína. Ante esta situación,
se ha planteado que la terapia celular regenerativa puede ser una estrategia
integral más lógica y eficaz, pues sería capaz de aportar no solo células
madre, sino también diversas moléculas activadoras y reguladoras producidas o
inducidas por ellas, con capacidad para favorecer la diferenciación de las
células implantadas y también la estimulación de las células propias del tejido
receptor, lo que contribuiría a una regeneración más fisiológica del tejido
dañado.3,4 Estudios
relativamente recientes han permitido identificar un importante número de
moléculas solubles producidas por las células madre, que una vez liberadas en
los sitios dañados, ejercen su acción provocando autoestimulación y actuando
además sobre las células sanas residentes en un microambiente apropiado.
También se han señalado las ventajas del uso de plaquetas como fuente de
factores regenerativos, teniendo en cuenta la cantidad de estos elementos
solubles que ellas contienen.25,26 No
obstante, esto no excluye la posibilidad de combinar la terapia celular con
factores regenerativos específicos o con el aporte de factores plaquetarios, lo
que podría potenciar la regeneración de los tejidos afectados.3
Trasplante de genes
Otro método de avanzada aplicado en medicina regenerativa es el
trasplante de genes, reconocido como terapia génica. Esta posibilidad
terapéutica ya se había planteado desde principios de la década iniciada en
1960. En los últimos 35 años se han visto avances progresivos que influyeron en
el tratamiento de pacientes con inmunodeficiencia combinada severa mediante la
introducción en su organismo del gen que codifica la enzima adenosindeaminasa.27
El fundamento básico de este tratamiento era muy simple, pues planteaba
introducir un gen normal en el organismo de una persona enferma por una
deficiencia de ese gen, particularmente en casos con enfermedades monogénicas,
con la finalidad de que el gen injertado produjera el elemento deficiente con
niveles similares a los que se alcanzan en una persona normal.
En la actualidad ese concepto se ha ampliado y el uso de genes con
fines terapéuticos ha creado promisorias perspectivas para el tratamiento de
diversas enfermedades. Así, se ha sugerido que la modificación genética de las
células madre o de las progenitoras puede representar un importante paso
estratégico en la medicina regenerativa. La modificación genética podría
mejorar algunas características de las células tales como su supervivencia,
propiedades metabólicas, capacidad proliferativa y de diferenciación.28 Se ha podido observar que las
células progenitoras endoteliales modificadas tienen mayor potencial reparador,
así como que las células madre mesenquimales en que se ha provocado un
incremento de la expresión del gen de la proteincinasa Akt-1, promotora de la
supervivencia celular, adquieren mayor sobrevida y mayores beneficios
funcionales que las células sin modificación genética.29,30
Por otra parte, las células genéticamente modificadas pueden
transportar un gen cuyo producto posee acciones paracrinas, endocrinas o ambas,
que pueden contribuir a alcanzar mayores beneficios terapéuticos. Este pudiera
ser el caso de células mesenquimales con sobreexpresión del gen del factor de
crecimiento del endotelio vascular, con las que se apreció un aumento de la
vascularización de la zona infartada en un modelo animal de infarto agudo del
miocardio.31 Igualmente
se han realizado algunos estudios clínicos preliminares con terapia génica
transportadoras de isoformas del gen del factor de crecimiento del endotelio
vascular mediante vectores virales o plasmidos y también con la inserción en
células de la médula ósea humana de ese mismo gen para el tratamiento de
pacientes con trastornos isquémicos de los miembros inferiores.32,34 Estos procederes han sido muy
limitados para extraer conclusiones y además la variabilidad de sus resultados
plantean la necesidad de mayor número de estudios controlados que permitan
evaluar la verdadera utilidad de la terapéutica génica.
Recientemente el trasplante génico ha dado resultados considerados
espectaculares por la comunidad científica, pues con este método se ha logrado
la reprogramación de células adultas que han adquirido características
similares a las células embrionarias. Estas son las llamadas células madre
pluripotentes inducidas.18,19 Este
éxito abre nuevas y prometedoras posibilidades en el campo de la medicina
regenerativa.
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